Un día como hoy hace 14 años, fallecía el gran José Luis Sánchez, «El Garrafa», potrero y gambeta en su máxima expresión. Pasándose a convertir en una leyenda que vivirá por siempre en la memoria de los hinchas de cada equipo en que jugó, de su familia, amigos y conocidos.

Garrafa” era, además de un excelente jugador, una persona sencilla y divertida. Era un amante del futbol y del club Deportivo Laferrere, que llevo siempre en el corazón.

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Entre los clubes donde jugo se destacan, El Porvenir, Deportivo Laferrere, el club uruguayo Bella Vista, y en Banfield, que en 2001, logró el ascenso a Primera División.

A 14 años de su pérdida, la memoria de Garrafa aún recorre los pasillos del Florencio Sola, el estadio del Taladro. No solo en el recuerdo de sus hinchas, sino que se presenta de manera explícita: la platea techada que da a la calle Arenales fue bautizada con su nombre. Es así que en cada aniversario desde su partida, los fanáticos y sus allegados conmemoran la fecha con fotos, videos y los mejores momentos que les hizo vivir el número 10 con la pelota en los pies.

Entre alguna anécdotas podemos destacar:

PELEA CON LOS HINCHAS DE CHICAGO

Un día jugábamos contra Chicago, allá en Mataderos, y Rubén Forestello había ido en auto porque después se tenía que ir rápido para otro lado, entonces lo dejó estacionado cerca de la cancha. Ganamos ese partido con Banfield y cuando terminamos de bañarnos en el vestuario, Garrafa lo acompañó a Yagui a buscar el auto. Obviamente toda la zona estaba llena de hinchas de Chicago y ellos bajaron con la ropa del club directo para el estacionamiento. Cuando los vieron les empezaron a gritar e insultar, se los querían comer vivos. Mientras Forestello bajaba la cabeza y decía que no pasaba nada, el Gordo se plantó y se quiso pelear. Pero no fue uno, eran como diez hinchas los que lo fueron a encarar. Les dieron una de piñas, los mataron y hasta les robaron el bolso. Tuvieron que meterse a una estación de servicio para refugiarse. Yagui no podía creer lo que le había hecho pasar y el Gordo estaba caliente porque había cobrado.

FÚTBOL-TENIS Y RIÑA EN MAR DEL PLATA

De vacaciones juntos en Mar del Plata, Garrafa casi se agarra a trompadas en un partido de fútbol-tenis

De vacaciones juntos en Mar del Plata, Garrafa casi se agarra a trompadas en un partido de fútbol-tenis

Un verano nos fuimos de vacaciones juntos con las familias a Mar del Plata e íbamos mucho al parador 12 a jugar al fútbol-tenis. El Gordo jugaba muy bien y cuando me levantaba la pelota yo cabeceaba y le ganábamos a todas las parejas. Un día estábamos jugando contra la Vieja Moreno y el Pirata Czornomaz y se armó una discusión por un punto, por si se había ido la pelota o no. Dijimos de jugarlo de nuevo pero Garrafa dijo que no, que era punto nuestro y se plantó. Ahí agarró la pelota la Vieja Moreno y la tiró al estacionamiento re caliente. Ellos se conocían de Laferrere pero casi se van a las manos adelante de toda la gente que se había acercado a ver, los tuvimos que parar. Siempre te daban ganas de matarlo si eras rival de él, no te perdonaba una.

CALIENTE FINAL DE TRUCO CONTRA PERIODISTAS

Una vez para un programa de TyC Sports jugamos al truco contra Gastón Recondo y Marcelo Palacios. Empezamos a jugar y Garrafa ya los chicaneaba como de costumbre, muy cargador. Ya en la etapa definitoria se cantó un envido-envido-falta envido y se quiso. Recondo baja 27, yo bajo 30 y Palacios 31, ahí Garrafa muestra un 7 y un 3 de espadas. Palacios empezó a festejar y gritar que ganaron, hasta que el Gordo mostró la otra carta: un 5 de espadas, 32. ‘¡Las finales no las pierde Garrafita!’, gritaba e imáginate como los gozó a los periodistas. No nos invitaron más.

DOS CHORIPANES ANTES DE JUGAR

Se decía mucho que no entrenaba y nada que ver, dejaba todo en cada entrenamiento. También decían que escabiaba, pero él no tomaba alcohol y nunca probó un cigarrillo. Lo único le gustaba comer, era medio desordenado con eso. Una vez, estaba con Forestello antes de jugar un partido y pasaron por una parrillita cerca de la cancha. Garrafa fue corriendo hasta el puesto de choripanes y compró dos. Yagui le dijo que él no quería. “No, no es para vos. Son los dos para mi”, le respondió el Gordo y se los comió.