En marzo del año 2005, en Dennehy, un pueblo de no más de 200 habitantes de la provincia de Buenos Aires, un hombre de 27 años fue asesinado de un disparo. Fue encontrado con las manos en los bolsillos, por lo que la hipótesis de un suicidio fue descartada completamente, fue asesinado al estilo mafioso.Raúl Bracco, quien es delegado municipal desde 2005 aseguró que “este chico vio algo que no tenía que ver o se quedó con un vuelto que no correspondía.
Lo mataron con las manos en el bolsillo, de rodillas y con la cabeza hacia abajo. En la esquina del almacén, debajo de esa luz. La muerte de él tiene todas las características de un clásico crimen mafioso. El tiro le entró por la frente y la bala buscó la parte de la nuca: de arriba hacia abajo. Eso es un fusilamiento”.
Ángel Enrique Palacios fue la víctima que recibió el disparo, y por el hecho fue detenido Clemente Villegas, ya que recientemente había descubierto que su mujer, Lorena Valbuzzi, le era infiel con Palacios, todo apuntaba a que él era el autor del crimen.El informe policial decía: “Se procedió (…) a la aprehensión de una persona del sexo masculino de 32 años, domiciliado en Dennehy, (…) por cuestiones judiciales y por haberlo ordenado la fiscalía, se reserva la identidad del imputado”.El penalista del conurbano, Hugo Lopez Carribero, abogado defensor de Villegas, tras una intensa investigación del caso y a los efectos de poder demostrar la inocencia de su cliente, inculpado injustamente por un complot policial debido a que necesitaban encontrar al autor del crimen, se vio obligado a actuar como investigador privado en el minúsculo pueblo. En ese contexto descubrió los secretos escondidos que lo abordaban, porque además de las infidelidades masivas, también se organizaban fiestas negras con niñas menores de edad, de las que participaban hombres y mujeres de la localidad junto a poderosos empresarios y políticos de 9 de Julio y alrededores. Este es uno de esos extraños casos donde la realidad supera a la ficción.
A juzgar por el prontuario sexual de Lorena Valbuzzi, quien admitió ser infiel a su esposo con más de un hombre, la teoría de que Villegas era el autor del hecho, se desvanecía por falta de sustento, ya que él estaba al tanto de la vida sexual de su mujer y lo aceptaba, refiriéndose a esa situación de esta manera: “De mi mujer podrán decir cualquier cosa, pero a mí me hace feliz. Será cualquier cosa, pero yo la quiero con locura”.Los vecinos señalaban a Valbuzzi como integrante de un grupo de cinco o seis muchachas “ligeras y un poco enamoradizas”. Mantenía relación frecuente con un enfermero de apellido Arce, quien “solía organizar fiestas negras en la salita de primeros auxilios del pueblo y de las cuales participaban chicas cuando tenían 12 o 14 años”.La reputación de Valbuzzi fue tal, que los jueces dijeron que “podían ser sospechosos los 42 hombres en estado sexual activo del pueblo”. En el pueblo se burlaron del asunto diciendo que el motivo del crimen de Palacios no puede ser un crimen pasional “porque si un hombre celoso de Lorena quisiera acabar con sus infidelidades debería dejar sin ningún hombre a Dennehy”.Dos años después, el Tribunal Oral Criminal Nº 3 de Mercedes, absolvió a Villegas, definiendo a la localidad como “el pueblo de las francachelas sexuales”, que según el diccionario significa “reunión de varias personas para comer, beber y divertirse desordenadamente”. Alegando que la falta de pruebas en su contra y que el móvil pasional no podría sostenerse debido al descontrol sexual que allí se experimentaba y que con “40 personas activas sexualmente, cualquiera podría ser el asesino”.
A raíz de este caso y en virtud a sus particulares detalles, donde la realidad supera la ficción, Hugo Lopez Carribero, abogado penalista, especialista en Derecho Penal y Criminología y actual director del Instituto de Derecho Penal del Colegio de Abogados de La Matanza, escribió una novela titulada “Asesinato perfecto en el pueblo de los infieles”, contando detalles increíbles y no conocidos, que tuvo más de 5.000 ejemplares vendidos.Esta apasionante novela policial se basa en hechos reales que conmocionaron a la sociedad nuevejuliense donde su sentencia histórica fue difundida masivamente por todos los medios de comunicación del país y que aún continúa impune.