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Un día se volvió: crónica del regreso a las salas de cine tras un año y con protocolo

Por Yasmin Ali

Lo que parecía tan lejano, finalmente llegó. Los cines abrieron y en esta nota te contamos cómo fue la experiencia luego de que el coronavirus paralizara la industria. Por Yasmin Ali

La pandemia de coronavirus que afectó a todo el planeta en 2020 dejó secuelas que seguirán sintiéndose por muchos años. El cine y el teatro fueron las industrias más golpeadas y recién en estos meses volvieron a poner primera.

Las salas de cines finalmente volvieron a abrirse a fines de febrero y en el primer fin de semana de marzo regresaron los estrenos de los jueves. ¿Qué tanto cambió el cine del 2020 al 2021?

Tras un año, este jueves 4 de marzo volvieron los estrenos de cine.

El primer cambio de la última vez a esta “nueva normalidad” se puede ver ni bien sacás las entradas por internet. Si bien hace tiempo se puede hacer por esta modalidad, ahora la selección de asientos se hace fila de por medio.

Además de la entrada, el sistema te da la opción de comprar pochoclos y demás variedades para comer mientras se disfruta la película y así retirarlos previo al inicio de la misma con un código para evitar el manejo de efectivo.

Distintos carteles por toda la sala recordaban cómo es el nuevo protocolo.

Las funciones están organizadas de modo tal que se puedan evitar aglomeraciones. Al llegar los carteles de tomar distancia, usar barbijo y ponerse alcohol en gel te recuerdan una vez más que todo el 2020 fue real y la pandemia ahí sigue.

Todos los empleados utilizan barbijo y quienes atienden en el sector para retirar pochoclos, nachos y otras comidas desinfectan una vez que terminan de atender y quienes esperan para recibir tu entrada ya no cortan el papel, ahora leen la entrada mediante un lector. Una vez más se evita el mayor contacto posible.

La sala no estaba llena y la distancia entre los espectadores era otro síntoma de que el cine volvió, pero diferente y nosotros los espectadores, también. Hay cosas y sentimiento que no han cambiado: sentarse en una butaca nuevamente y escuchar el ruido de la mano revolviendo el balde de pochoclo, pero ahora se le agrega un nuevo factor: el barbijo.

Quizá la vuelta al cine se pueda comparar con la de reencontrarse con un viejo amor tras un tiempo: ambos sintiéndose diferentes desde la última vez que se vieron, pero iguales en su ser y dándose cuenta que se extrañaron mucho más de lo que los gestos pueden decir.

El cine ha vuelto, cambiado como todos porque una pandemia no solo cambia a las personas, obliga a lugares, actividades y momentos cotidianos a ser repensados. Pero una cosa seguro que no cambiará: la sensación de sentarse en una butaca y perderse en una historia por dos porque las pasiones no cambian, prevalecen.

Fuente Diario 26

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