La perfumista y experta en té Inés Berton explicó cuáles son las sustancias que componen el aroma de la tierra mojada y cómo se conectan con nuestras memoria antropológica.
En una nueva columna de Historias de té en Radio Mitre, Inés Bertón centró su atención en el poder evocador del olor de la tierra mojada.
“Tengamos la edad que tengamos, saber cuál es nuestro aroma favorito es de gran ayuda. Es una herramienta a la que suelo recurrir y recomiendo. Hay perfumes que suelen gustar como los jazmines, las rosas y el café”, apuntó Berton.
La perfumista confesó que el aroma del té chai la conecta con experiencias vividas y le despierta una sensación de plenitud y armonía.
“Ese perfume de canela, cardamomo, raíz de jengibre, anís estrellado. Amo ese olor. No solo porque es dulce y especiado a la vez ni porque al sentirlo ya tengo ganas de probarlo. Es conectar con tomar el cuenco con ambas manos, ese calor inmediato que enaltece los sentidos”, afirmó.
No obstante, Inés Bertón admitió que, de tener que seleccionar un solo perfume, se emociona con “el aroma del comienzo de todas las cosas: la geosmina, palabra griega que significa aroma a tierra mojada“.
“Lo reconocemos, nos evoca infancia, campo, libertad y frescura. Los olores activan una conexión cerebral casi instantánea con las emociones. Se compone de petricor que es más fresco y suave, y emana fundalmente de las piedras. La geosmina es más fuerte y presenta un vaho mohoso proveniente de las plantas y la tierra húmeda”, explicó.
En esa línea, la fundadora de Tealosophy apuntó que “los científicos creen que nuestro gusto por el olor a tierra mojada es una herencia de nuestros ancestros, para quienes la lluvia siempre ha sido fuente de vida y sinónimo de supervivencia”.
Según la especialista en té, el olor a lluvia “es una mezcla de los aromas del ozono, la geosmina y el petricor”. “Cerremos los ojos porque siempre que llovió, paró. Y siempre nació este aroma en ese momento. Es un perfume único”, cerró Berton.
Fuente Radio Mitre.