Icono del sitio El Nacional de Matanza

Deporte : Pablo Nieva y los caminos que conducen a Deportivo Laferrere

«Hago docencia a partir de lo vivido, pero lo mejor que me pudo pasar es que me llamaran para dirigir en Lafe», manifestó el ex defensor del Villero, que hoy conduce a la Reserva del elenco verde.

Como tantos otros, un día debió dar el paso al costado, ese paso tan difícil y tortuoso para el deportista. Ese paso que se llama retiro, que despierta miedos, preguntas, incógnitas y el gran desafío de encontrar su nuevo lugar en el estadio.

Algo menos de dos años, la bocha reluciente en una defensa ya no sobresale, hoy su sitio está del otro lado de la línea de cal.

Es que Pablo Nieva, aquel recordado zaguero de Laferrere (y de tantos otros clubes) canaliza su amor por el fútbol a través de conducir la reserva de Lafe. «Mi vida es una pelota», dice y dejando establecido que dentro suyo, el jugador goza de buena salud.

Nacido en Gregorio de Laferrere, iniciado en el fútbol en Almirante Brown, jugó en Laferrere, fue campeón en 2002 y hoy está a cargo de la reserva del Verde matancero.

Paralelamente lleva adelante un proyecto con dos amigos en un gimnasio en Tapiales. «Me metí en el proyecto con 39 años y ya se me había ido el entusiasmo», cuenta cuando recuerda la decisión de guardar los botines. «Doy clases en el gimnasio, y de los tres dueños, sólo yo soy clases de funcional. Y tras un año fuera del fútbol me apareció la chance de dirigir la reserva de Lafe», afirma.

Pablo Nieva mira para atrás y encuentra la gran foto de su carrera. «Salir campeón es como tener un hijo», asegura quien dio la vuelta con Tigre, con Laferrere y Brown de Madryn.

«El poster es el campeonato con Laferrere, que fue el primer título en mi carrera. Me acuerdo que veníamos muy tristes de Campana, perdimos con Dálmine, que si ganábamos cerrábamos el campeonato. Y la gente nos esperó como si hubiéramos sido campeones. A la fecha siguiente la vuelta en la cancha, y tengo la imagen clara de mi hija con chupete en mis brazos. Esa foto la tengo en un cuadrito. Fue como mi primer hijo».

Aquello no fue simple para ese grupo, porque «el club estaba mal económicamente, haber perdido la final el año anterior, pero ese grupo fue tremendo y logramos que nos cambiara la vida. Recuerdo que en aquella época yo me iba del entrenamiento a laburar a un lubricentro. Después en Tigre se fue ganando mejor y mejorando».

Fuente Diario Popular

Salir de la versión móvil