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Mons. García: “Tierra, techo y trabajo, no son privilegios, sino derechos”

San Justo (Buenos Aires) (AICA): ¨Dios nos dio las manos y la vida para que, con el trabajo de todos los días, la vida se haga digna y estemos contentos de vivir; nos dio el techo donde albergar y cobijar a la familia y esto que Dios nos dio gratuitamente todos lo deberían tener”¨, pidió el obispo de San Justo, monseñor Eduardo García al presidir la misa de las tres T del papa Francisco: tierra, techo y trabajo, en el barrio José Hernández.

El domingo 16 de diciembre se llevó a cabo la misa por las tres T del papa Francisco: tierra, techo y trabajo organizada conjuntamente por la Pastoral Social de San Justo y las comunidades parroquiales de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, Nuestra Señora de La Guardia y Nuestra Señora de Guadalupe de la localidad de Villa Celina, en la diócesis de San Justo.

La celebración eucarística, que incluyó «bautismos masivos», se llevó a cabo en el barrio José Hernández (Donovan y Camino de la Ribera), de la localidad de Villa Celina, a pocos metros de la orilla del Riachuelo-Matanza, en un territorio conocido popularmente como «La isla de La Salada», uno de los más vulnerables y con más necesidades del conourbano bonaerense.

Presidió la celebración el obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, junto a sus vicarios generales monseñor Carlos Torres y el presbítero Basilicio Britez Espinola, que concelebraron con los presbíteros Daniel Echeverría, Juan Bosco, Raul Garcia, Santiago Roston Maderna, Mauricio Cardea y Ramiro Borelli, entre otros.

Durante su homilía monseñor García comparó a la Navidad con «la que vemos en la tele y en los negocios», la cual, asumió «parece que tiene un disfraz, de brillo, de color, de papa noel. La Navidad se disfraza de ofertas y de consumismo». «Y en realiadd es todo lo contrario, porque la Navidad -aseguró- es absolutamente gratuita»

El obispo de San Justo se preguntó entonces: «¿Qué es lo gratuito de la Navidad?», y respondió a los presentes: «Es un Dios que nos ama tanto que, para que podamos entenderlo, comprenderlo, conocerlo, descubrirlo, abrazarlo, amarlo y escucharlo, se hace uno de nosotros. Y eso no se puede ni vender ni comprar. Es gratis, y cuando hay algo gratis lo único que nos queda es agradecerlo», sostuvo.

Luego afirmó «La Navidad es alguien que comparte con nosotros su propia vida». Recordó la pregunta que le hacen a Juan el Bautista sobre «¿Cómo hacemos para prepararnos para la venida de Jesús?», y él les dice: «Aprendan a compartir», porque, «en el corazón que comparte y que deja que compartan con el, hay espacio para lo gratutito del amor de Dios y está abierto para recibir», indicó el prelado de San Justo.

Al dirigirse a los vecinos del barrio, los exhortó a «aprender a compartir» y a «tener un corazon generoso», y pidió para «que el trabajo enorgullesca nuestra familia y nos de dignidad», porque «lo que tenemos es riqueza verdadera cuando se comparte y se transforma en vida para los otros».

«El corazón está hecho para el amor y no para la usura, no para la explotación. Está hecho para darse y no para el dominar. Está hecho para alegrarse por el bien de todos y no solo por el propio», exclamó. Al concluir, rogó «que el bien que hacemos se note y sea contagioso, que sea el mejor deseo donde Jesús quiere nacer en esta Navidad».

Informes: p.social.sanjusto@gmail.com y en Facebook Pastoral Social San Justo.+

Fuente Aica.org