El Ceamse evalúa las plantas de incineración como una de las tecnologías para enterrar menos basura

El Ceamse evalúa las plantas de incineración como una de las tecnologías para enterrar menos basura

El Ceamse evalúa las plantas de incineración como una de las tecnologías para enterrar menos basura

Sucede luego de que anunciaran que en cinco años no se podrán enterrar más residuos en el relleno sanitario. Las plantas de termovaloración que toman como ejemplo son las de París, Viena y Amsterdam

Cuando comenzó el 2018, el Ceamse anunció que en cinco años colapsará su relleno sanitario y no se podrá enterrar más la basura que genera el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que abarca a 42 municipios y la Ciudad, es decir, más de 15 millones de personas que producen 18.500 toneladas de residuos por día. Ante esto, las autoridades de la empresa estatal comenzaron a estudiar nuevas tecnologías para anticiparse al problema y una de las opciones es una planta de incineración (o termovaloración), un método muy utilizado en Europa.

Justamente los modelos que están en observación son los utilizados en París, Viena y Amsterdam ya que, según los análisis de la empresa, éstas son ciudades que deben combatir las mismas dificultades que el AMBA con respecto a densidad poblacional, crecimiento, transporte y jurisdicciones. Sin embargo, si bien estas ciudades todas tienen plantas de incineración, Gustavo Coria, presidente del Ceamse, aclaró que aún no hay decisión tomada con respecto a lo que se aplicará aquí.

«Tenemos la responsabilidad de ver cómo se construyen todas las herramientas que resuelven el problema, entre ellas, las tecnologías. La incineradora, el lecho fluidizado y la planta de reciclaje, entre otras. No es una solución unilateral, es integral, que necesitamos construirla entre todos», explicó en un diálogo con periodistas del que participó Infobae.

El relleno sanitario del Ceamse no dará abasto dentro de cinco años

El relleno sanitario del Ceamse no dará abasto dentro de cinco años

Pero, ¿cómo funcionan las plantas de termovaloración de París, Viena y Amsterdam?

En la «ciudad de las luces», quien se encarga del procesamiento de la basura es el Syctom, un consorcio de 84 municipios de 5.7 millones de habitantes, que generan 2.3 millones de toneladas de residuos por año. Aquí, cada localidad se encarga de las recogidas a través del «puerta a puerta», los puntos voluntarios (donde los ciudadanos llevan la basura) y los puntos limpios. Luego es el Syctom el que se encarga del tratamiento y el reciclaje con plantas de incineración, centros de separación y ayuda técnica a los municipios.

La planta en París

La planta en París

Son tres las plantas de termovaloración que maneja el Syctom. Con todas produce calentamiento y energía para los hogares.Por ejemplo, la que está ubicada en Isséane, beneficia a 1.6 millones de habitantes. En 2016 incineraron 482 mil toneladas y generaron 700 mil megavatios por hora de calentamiento y 60 mil de electricidad.

El primer paso antes de que la basura sea incinerada

El primer paso antes de que la basura sea incinerada

La red de calentamiento de Francia a través de la valorización de los residuos es de 470 kilómetros y es operada por la Compañía de París de Calefacción Urbana (CPCU, por sus siglas en francés). Toda la red tiene ocho sitios de producción del CPCU, tres del Syctom y la integran 12 municipios. Tiene una capacidad total de 4000 megavatios y distribuye 5.1 teravatios por hora al año de calor. Esto es un tercio del calentamiento colectivo de París, que son, aproximadamente, 2.3 millones de personas.

Desde aquí monitorean todo el proceso

Desde aquí monitorean todo el proceso

Viena

A diferencia de París, en esta ciudad un solo organismo se encarga de toda la cadena del tratamiento de residuos, desde la recolección hasta la disposición final. Se trata del MA 48, el departamento municipal para la administración de la basura.

Por supuesto que, en comparación con la Argentina, en Austria la problemática de los residuos está mucho más aceitada. Una clara demostración de esto es que tienen datos de recolección desde 1900 y comenzaron a separar en 1985. Hoy, si bien siguen fomentando la prevención y el reciclado, la hoja de ruta está mucho más marcada. Porque en Viena no solo tienen planta de incineración con la que recuperan energía para generar calefacción (llegan a 370 mil hogares y 6.800 comercios), sino que están impulsando utilizar las cenizas de la quema para el asfalto y, por fuera de este sistema, existen programas que coordina el Estado donde venden objetos que la gente desecha.

Para esto último, a cada elemento (puede ser ropa, guitarras, bicicletas, juegos de mesa, peluches, vasos, cubiertos, entre otros) se lo pasa por un proceso de verificación de calidad y se lo recupera hasta que quede en perfecto estado. Algo que está inutilizable, no se vende. Y los negocios están atendidos por personas de bajos recursos que están desempleados, contratados por la municipalidad. La plata que se recauda se debe reinvertir en estos comercios.

Un punto clave de la política de residuos de Viena es que ningún tipo de basura domiciliaria va directamente a un relleno sanitario o vertedero. Todo tiene algún tipo de tratamiento. Suma, además, la consciencia que existe en la gente para la separación de origen y para acompañar el programa de reutilización de productos que no usan más en sus casas. Para fomentar esto, el municipio dispone de 440 mil tachos diferenciados por residuo, 4.300 puntos de reciclaje y 16 centros de reciclaje.

En total son cuatro las plantas de «waste to energy» en un área de 1200 kilómetros que produce 5.813 gigavatios por hora. Pero con esto no dejan de lado el cuidado ambiental ya que reducen las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en un millón de toneladas por año, el equivalente a las emisiones de un año entero de 210 mil autos. Además, esto está regulado por la ley, que pone límites y controles a cada planta en particular, que están monitoreadas por las autoridades ambientales y estos datos están en internet: «Para una buena aceptación de la gente, se limpio, transparente y honesto», es su lema. Los indicadores que miden son CO2, NOx (gases reactivos), dioxina, metales pesados, polvo, entre otros.

Ámsterdam

En todo Holanda hay 12 plantas de incineración, aunque en su capital está la más grande. Sin embargo, el objetivo final de Ámsterdam es aumentar el reciclaje y quemar menos basura. Hoy, reciclan un 50% y el plan es llegar al 75% en 2020. Entre todas las plantas de Holanda, queman 7,5 millones de toneladas de basura por año. Esto incluye la domiciliaria, la comercial y lo que se importa desde Gran Bretaña e Italia.

Otra de las metas para 2020 es que cada ciudadano de la capital genere 100 kilos de basura por año (hoy son 500 kilos). El presupuesto que tiene la municipalidad -la que se encarga del tratamiento de residuos- es de 125 millones de euros, que se conforma del impuesto anual de 313 euros que abona cada hogar.

Los encargados de la administración de la basura en el municipio dejaron en claro que su objetivo no es incinerar pero aclararon quees imposible llegar al 75% del reciclaje sin pasar por plantas de termovaloración. También explicaron que lo más recomendable es eliminar el relleno sanitario porque es lo más dañino para el medioambiente.

El deposito de basura de la planta incineradora de Ámsterdam

El deposito de basura de la planta incineradora de Ámsterdam

Ellos están cerca de conseguir esto, aunque reconocen que es casi imposible anularlos por completo. En su caso, solo el 2% de lo que producen va a disposición final. Pero para llegar al ideal, su trabajo comienza en la separación de origen en las casas y en las concientización a la ciudadanía. Esto es porque, según sus cifras, el 65% de los residuos son de cocina y ahora intentarán que en cada hogar haya un tacho con cuatro bocas para el papel, plástico, cartón y desechos.

Todo esto es parte de un plan para salir de una economía lineal y entrar en una circular. Hoy el 37% de la basura son orgánicos, el 22% papeles y cartones, el 14% plásticos, el 6,6% pañales, el 4,3% vidrios, el 4,04 metales y el 3,6% textiles. La separación tiene una efectividad del 51%, que se logra con los tachos tradicionales para diferenciar los residuos y con un centro de reciclado donde los ciudadanos pueden acercarse a depositar su basura.

Para lograr los 100 kilos por persona, implementarán instrumentos financieros(como pagar por basura) y otros relacionados al servicio de limpieza. Pero algo fundamental, explicaron, es la manera de recolectar. Acorde a las cifras del municipio, cada hogar genera once tachos tradicionales de recolección de basura por año. Estos deberían ser cambiados por tres de residuos orgánicos, uno de papel, cuatro de plásticos y secos, dos de prevención y uno de basura residual.

La situación de la ciudad de Buenos Aires

Renzo Morosi, subsecretario de Higiene Urbana, detalló que el distrito le dio tratamiento al «78% de los residuos» y destacó para este año la formalización de 5500 recuperadores urbanos, los «cartoneros», que entrarían en la categoría recuperadores ambientales, que son aquellos que tiene una ruta prefijada y lleva lo que recolecta a uno de los quince puntos de tratamiento que tienen las 12 cooperativas que hoy trabajan con la Ciudad. Esto vendrá de la mano con una «nueva logística de recolección» para «llegar a más puntos» y darle una mejor incentivación económica a los trabajadores: pasarán de $5.500 a $9.800.

También habrá renovación de las campanas verdes, que pasarán a ser todas mecánicas. Hoy, de las 3.200 totales, hay 500 manuales, que dejarán de serlo. Y la gran apuesta es realizar una doble recolección, ya que actualmente se realiza una vez por semana.

 

En números, la Ciudad recolecta 6760 toneladas por día, de las cuales 4960 tiene algún tipo de tratamiento (centros de reciclaje, centros verdes, MBT y circuito informal). De esas, tan solo 1200 terminan en el relleno sanitario del Ceamse, junto a las 1800 toneladas que no se recuperan. Para la recolección, hay 26.698 contenedores, que son vaciados todos los días por 6 empresas de higiene urbana y el EHU (Ente de higiene urbana).

Asimismo, hay 12 cooperativas, 5324 recuperadores urbanos, 3217 campanas verdes 166 puntos verdes, 15 centros verdes y 1 centro de reciclaje con 5 plantas de procesamiento de materiales.

En sintonía con las necesidades del Ceamse, desde el gobierno porteño también buscan fomentar y concientizar en la gente la separación de origen, facilitando la disposición según el destino que se les vaya a dar. Para esto son claves los 166 puntos verdes que hay en toda la Ciudad, 60 de ellos con atención personalizada, 102 en parques y plazas que reciben basura las 24 horas y cuatro que son móviles y recorren las comunas.

Fuente Infobae- Por  

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